miércoles, 10 de noviembre de 2010

1967

Bypass cardíaco: Técnica de cirugía vascular que consiste en crear una ruta alternativa para el flujo sanguíneo, que se encontraba perjudicado por algún problema puntual en algún vaso; En el Bypass coronario (Coronary Artery Bypass Graft - CABG), se toma una parte de otra vena o arteria corporal, un extremo se une a la arteria aorta para conseguir aporte de sangre y el otro al sector coronario que se encuentra más allá de la obstrucción. El primer Bypass coronario del mundo se realizó el 2 de Mayo de 1960 en el Albert Einstein College of Medicine-Bronx Municipal Hospital Center por los doctores Robert Goetz, Michael Rohman, Jordan Haller y Ronald Dee.

Proceso: La cirugía de Bypass coronario o de revascularización miocárdica revolucionó el tratamiento de aterosclerosis coronaria. Hoy es la cirugía que más se practica en el mundo. El proceso, basado en la experiencia de la Fundación Favaloro, tiene las siguientes etapas:

Los síntomas y el diagnóstico: El síntoma más común de la aterosclerosis coronaria es la angina de pecho. Cuando se presenta en forma gradual, le permite al cardiólogo solicitar un estudio de medicina nuclear, denominado SPECT. Por medio de este estudio se puede observar la extensión y gravedad de la enfermedad.

El diagnóstico certero de la enfermedad lo brinda el cateterismo o cinecoronarioangiografía. Por medio de este estudio se puede precisar la localización, la cantidad y el tipo de obstrucciones y definir el tipo de tratamiento que se va a seguir.

La indicación de la cirugía: Se recomienda la cirugía de Bypass para los siguientes casos:

  • Obstrucción del tronco de la arteria coronaria izquierda.
  • Obstrucción proximal de dos o tres arterias epicárdicas (coronaria derecha, circunfleja o descendente anterior).
  • Obstrucción proximal de la descendente anterior en la cual es imposible realizar una angioplastia coronaria.

El prequirúrgico: Antes de la cirugía se les hace a los pacientes un examen físico que permite detectar enfermedades coexistentes. También se realizan estudios para prevenir complicaciones y planificar una estrategia en particular en caso de poseer el paciente una enfermedad concomitante:

  • Hemograma, hepatograma, urea, creatinina, ionograma, glucemia, colesterol total, análisis de orina.
  • Serología.
  • Estudios serológicos para VIH, Hepatitis B y C, enfermedad de Chagas, Brucelosis.
  • Grupo y factor RH.
  • Radiografía de tórax.
  • Preparación terapéutica previa al tratamiento mediante Contra pulsación externa(ECP) si no existe contraindicación.
  • Estudios de función pulmonar y evaluación neumonológica en pacientes con antecedentes respiratorios.
  • Interconsulta con psicopatología.
  • Estudios de los vasos del cuello con eco-Doppler en pacientes mayores de 60 años.

La internación: En caso de tratarse de una cirugía programada, la internación se realiza el día previo a la cirugía. El paciente es evaluado nuevamente y el anestesista le informará sobre la anestesia y la sedación previa al procedimiento.

La anestesia: Los medicamentos que se emplean en la actualidad en la anestesia son seguros y conocidos y tienen menos efectos secundarios que en el pasado. Gracias al desarrollo de la electromedicina ha mejorado el control que se tiene del paciente. Durante la cirugía, el anestesiólogo vigilará constantemente los signos vitales así como la profundidad anestésica.

Obtención de conductos: Los Bypass o puentes se realizan con conductos, ya sean arteriales o venosos, sobre la lesión coronaria.

La arteria más utilizada es la mamaria interna. Dicha arteria se encuentra en el tórax, cerca del corazón y no posee una función vital. Además, por causas desconocidas, esta arteria rara vez es afectada por la aterosclerosis. Esta arteria puede ser diseccionada y conectada en la arteria coronaria obstruida. Generalmente se conecta en el sitio sano de la arteria descendente anterior para saltear la obstrucción.

También se utiliza la arteria radial, que se extrae del brazo, sin dejar secuela alguna y es conectada a otras arterias. Los conductos venosos se obtienen habitualmente de la vena safena del miembro inferior. Se extraen en condiciones de extrema asepsia y se conectan entre la aorta y la arteria coronaria, para saltear la obstrucción.

La vía de abordaje: Para la realización de los puentes es necesario ingresar al tórax del paciente. La manera habitual de abordarlo es por medio de la denominada esternotomía media, que consiste en la apertura del esternón. Este método es seguro y permite al cirujano trabajar en forma cómoda y poder realizar procedimientos complejos. Al finalizar los puentes se une el esternón con alambre de acero inoxidable especial para este tipo de cirugía.

Otra vía de abordaje -sólo se utiliza en casos especiales- es la minitoracotomía. Se realiza por medio de una mínima incisión de 10 cm. a la altura del cuarto espacio intercostal izquierdo.

La realización de los puentes: Los puentes o bypasses se pueden realizar con o sin circulación extracorpórea según la complejidad del procedimiento y las características del paciente.

La cirugía de bypass con circulación extracorpórea es la manera habitual de realizar ese procedimiento. Este dispositivo permite detener el corazón para realizar los puentes con mayor facilidad.

El corazón es protegido durante el período en que se detiene con sustancias denominadas "cardiopléjicas", que preservan las células cardíacas hasta que se reinicia la circulación coronaria.

La cirugía de bypass sin circulación extracorpórea se realiza enlentenciendo la frecuencia cardiaca del corazón y realizando los puentes sin que este se detenga. Esta metodología posee algunas ventajas pero se emplea sólo en casos menos complejos.

La arteria mamaria se conecta el extremo inferior a la arteria descendente anterior, por medio de una sutura con hilos especiales.

La arteria radial debe ser suturada o cosida en sus dos extremos, uno en la arteria aorta y otra en la arteria coronaria obstruida.

El puente venoso, se coloca en los dos extremos al igual que la arteria radial.

Una vez concluidos los puentes, se reinicia la actividad del corazón, aumentando su temperatura y aplicando una pequeña descarga eléctrica.

La recuperación: Después de la cirugía, la recuperación tiene lugar en las siguientes áreas:

Las primeras 24 horas: en recuperación cardiovascular.

2º y 3er día: en la unidad de cuidados intensivos telemétricos.

4º y 5º día: en cuidados intermedios.

Por lo general, el alta hospitalaria se produce a partir del 6º día.

La nueva vida: La cirugía de bypass ha demostrado los siguientes beneficios:

Mejoría de la calidad de vida: en la mayoría de los pacientes desaparecen los síntomas. Puede reiniciar su actividad plenamente. Se aconseja en caso de no existir contraindicación, una rehabilitación cardiovascular en centros especializados.

Mejoría de la expectativa de vida: La cirugía de bypass demostró que puede prolongar la vida por d sobre el tratamiento médico en los pacientes con indicación quirúrgica. Importantes estudios con series numerosos pacientes como el estudio Europeo, el CASS y el estudio de veteranos de los EEUU confirman este hecho.

Es importante remarcar que la cirugía de bypass no cura la aterosclerosis coronaria; sólo es un procedimiento paliativo. Por ello el control de los factores de riesgo es fundamental para el éxito de la cirugía a lo largo de los años y para detener la progresión de la enfermedad.

1953

Secador de piso de una sola pieza: El secador o secador de pisos (en varias regiones de Argentina también es llamado "escurridor") es un elemento de perfil plástico extrudado de P.V.C. y banda de goma (caucho natural) vulcanizada, muy blanda, indeformable y no quebradiza, unida a un palo de madera o a un tubo de metal que se utiliza para secar el agua de los suelos y que, unido a un trapo, antecede en muchos países al uso de la mopa. En inglés se usa el mismo término para el "limpia-vidrio" y para el secador. El limpia-vidrio es de creación anterior, habiendo ejemplos en el siglo XIX. Por otro lado, en países tropicales se da el uso del secador en lugar de la mopa, tal vez por el distinto material del suelo, siendo la mopa usada para suelos de madera y el secador para suelos de baldosa, cemento, etc.

En Venezuela se le da el nombre de haragán. Cabe destacar que con este elemento y un paño de lana se hacen fregonas improvisadas en este país.

Invento: El secador actual es un invento de José Fandi, vicepresidente de la Asociación Argentina de Inventores, llamado “secador de pisos”, implemento de servicio en millones de hogares argentinos. El secador para suelos fue registrado en 1953 y fue el tercer invento de Fandi del que en 2004 se están fabricando unos 25 millones por año.

Origen: Cuando Fandi era adolescente, los secadores se improvisaban. Eran un listón de madera con una ranura, con una goma clavada dentro de ella, que generalmente era de cámara de automóvil cortada con el largo de la madera, y se construían tan mal que se desprendía el palo o la goma, debiendo arreglarse continuamente. Como en ese momento trabajaba en una matricería, Fandi se vinculó con un fabricante que vulcanizaba gomas. Al ver como se moldeaba la goma en las matrices y la afluencia que tenía en ocupar las cavidades del molde se le ocurrió que podría ser de una sola pieza, y no tendría que ir clavado a un palo, sino enchufado a un tetón de goma; la lengüeta no se iba a desprender porque formaba parte del cuerpo y la rigidez iba a estar dada por una varilla metálica dentro del cuerpo. Y así quedó una sola pieza.

1940

El bolígrafo: Tubo que contiene tinta y en un extremo tiene una bolita que regula la salida al exterior. Ladislao Biro nació en Budapest, Hungría, el 29 de septiembre de 1399. Luego de varias ocupaciones, entre ellas la de auxiliar en una imprenta, ingresó al periodismo húngaro. En eso estaba cuando advirtió el problema que sufrían todos los periodistas, incluyéndolo, al utilizar en su trabajo la tradicional lapicera estilográfica. La pluma se enganchaba en el papel al escribir demasiado rápido, nunca faltaban manchones inoportunos y, lo que era peor, a menudo se terminaba la tinta en medio de un apasionante reportaje.

Hombre práctico, buscó la solución, pero todos sus intentos fracasaron hasta que finalmente se resignó y olvidó la cosa, aunque él siguió usando uno de sus inventos fallidos porque le era práctico.

Cierto día debió firmar su registro de ingreso a un hotel y sacó dicho invento él cual fue observado por otra persona que se interesó por esa peculiar lapicera que lo entrevistó mas tarde en su cuarto privado y le propuso a Biro llevarlo, con su invento, a su país, la Argentina, para producir y comercializar aquella novedad. Por un lado, Ladislao Biro ni siquiera sabía en qué lugar del mundo había un país llamado Argentina y, por otra parte, ya había desechado la posibilidad de producir en serie su lapicera. No se mostró nada entusiasmado aunque agradeció el ofrecimiento y dijo que lo pensarla.

Poco tiempo se inicia la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Hitler a Polonia y da comienzo a la persecución de los judíos. Ladislao Biro y su amigo Juan J. Meyne, dueño de un taller de costura y colaborador en el ya olvidado invento de la lapicera, se reunieron a principios de 1940 en casa del primero para hablar de un tema que superaba a cualquier otro: su propia supervivencia. Ambos eran de origen judío y sabían qué les ocurriría si no escapaban cuanto antes. Pero ¿adónde? Hitler seguía avanzando y pronto toda Europa estaría en su poder.

Biro recuerda la oferta de ese señor argentino y se pone a buscar aquella tarjeta de presentación que recibió en el Hotel Rogacka Clatina de Hungría. Al poco tiempo, Biro y Meyne no tuvieron inconveniente alguno para ingresar en el país que para ellos significaba la libertad y la propia vida. Recién en la Argentina y al intentar ubicar a aquel hombre providencial para ellos, supieron de quién se trataba. No era presidente de ninguna empresa. Hasta febrero de 1938 había sido presidente, sí, pero de la Nación. Se trataba del general e ingeniero Agustín P. Justo. Los recibió, los ayudé, instalaron una fábrica con su auspicio y lanzaron al mercado las lapiceras a las que llamaron “Birome”, contracción del apellido del inventor (l3iro) y de la primera sílaba del de su colaborador Meyne.

En sus primeros intentos fracasaron, la birome perdía tinta y manchaba camisas, sacos, documentos. Llegaron a venderla con un vale para la tintorería. El público dijo no. Luego de un año de pruebas e intentos, Agustín IR Justo no pudo ayudarlos más y se abrió del proyecto. Biro debía cerrar la fábrica, pero era un hombre con demasiado empuje como para quedar en la lona después del primer puñetazo.

Era 1941, cuando reunió a los treinta y dos obreros de su fábrica y les contó, con absoluta franqueza, los problemas que estaban viviendo, les dijo que él quería seguir. Les advirtió que no podría pagarles hasta que la cosa resultara y preguntó si, a pesar de todo, alguno de ellos lo acompañaría en la aventura. Todos los acompañaron y en 1941 se le encontró la solución y nació el primer bolígrafo "antimancha", inclusive funcionaban en los aviones, cosas que no ocurrían con las lapiceras comunes de aquella época. El invento se hizo muy popular e inclusive les hicieron un reportaje para la revista Time de EE.UU.

La birome se había ganado un importante lugar en el mundo y casi de inmediato recibieron diversas ofertas por los derechos de fabricación y pensaban pedirle 300.000 dólares como una suma imposible, pero cuando llegaron a EE.UU. no pudieron abrir la boca porque de entrada les ofrecieron: dos millones de dólares.

Su inventor, que había adoptado la ciudadanía argentina en la década del cuarenta, tuvo muchos ofrecimientos para radicarse en los Estados Unidos, en Francia, en Canadá y muchos otros sitios, pero no quiso dejar jamás el país con el que mantuvo un romance desde que se conocieron y hasta siempre. Fue autor de más de otros treinta inventos.

Dicen que cuando nació pesaba apenas un poquito más de un kilo. En esas épocas eso era casi fatal y el médico se lo hizo saber a su mamá. Ella, lo ponía debajo de una lámpara de luz común y corriente para que tuviera más calorcito. No lo sabía, pero estaba usando lo básico de lo que mucho después sería una incubadora. Biro aprendió a pelear desde el instante mismo de su gestación. Sólo fue un periodista al que le molestaba quedarse sin tinta en medio de un reportaje. En la Argentina, el 29 de septiembre, cuando él nació, es el día del inventor.


1928


El colectivo: En la década del 20 del siglo pasado, la población de Buenos Aires empezaba a crecer rápidamente, el constante revuelo y la consternación por conseguir transporte comenzaba a ser uno de los inconvenientes que se debía sortear en la naciente urbe. El transporte no se encontraba en condiciones de cubrir las nuevas necesidades de la ciudad y de un mercado en expansión.


Como consecuencia, enormes extensiones de la ciudad se encontraban aisladas y lejos de cualquier posibilidad de trasladarse con cierta rapidez. En ese entonces, el transporte era brindado por tranvías y subtes, ambos de propiedad inglesa, y por algunos ómnibus y taxis.


Precisamente el servicio de taxis (coches con taxímetros), precursores del "auto-colectivo" o “taxi-colectivo”, carecía de pasajeros ya que casi nadie podía pagarlo por su alto costo y el negocio se iba perjudicando. Los taxistas comenzaron a transitar en fila india por las arterías céntricas con la banderita levantada para conseguir pasajeros, pero sin ninguna suerte (de allí surgió la palabra “yirar” como expresión de dar vueltas y vueltas sin resultados positivos).


El 24 de septiembre de 1928 se puso en práctica por primera vez. Los taxis estaban detenidos en esa esquina de Carrasco y Rivadavia y sus conductores fuera de los vehículos ofreciendo a los gritos un viaje hasta Caballito por veinte centavos, la quinta parte de lo que hubiese costado en un taxi hasta ese día. Hasta Flores, sólo diez centavos. Los transeúntes no entendían nada. Hasta que subió uno. Y luego otro. Y otro.


En total, cuatro en la parte de atrás, ampliada con trasportines (asientos plegables adicionales) y otro pasajero junto al conductor. A las ocho y media de la mañana del 24 de septiembre de 1928 partía con rumbo a Primera Junta el primer colectivo de la historia del país y del mundo.


Esa modalidad que nació como fruto del apriete, de la malaria, no había sido probado nunca en ningún lugar del planeta. Lo que siguió no fue fácil en ningún frente: en el empresario, la Compañía Anglo Argentina, dueña de los tranvías, intentó por todos los medios acabar con el transporte recién nacido acusándolo de competencia desleal; en el cotidiano, ya por entonces había pasajeros que se pasaban de listos y de sección para pagar menos el viaje.


Los primeros tranvías aparecieron con la electrificación de los servicios y correspondió a la Compañía Anglo Argentina la iniciativa, que echó a rodar la línea 2 el 30 de julio de 1902. Esta es la línea numerada más antigua de la ciudad. En la medida que se inauguraban nuevos servicios iban apareciendo más números de línea.


Pero la inventiva de los flamantes colectiveros detuvo el fraude de entrecasa: uno de ellos hacía una marca con tiza en el pantalón del pasajero pan saber adónde había subido y hacerle abonar lo justo en su punto de descenso ya que era entonces cuando se pagaba. También le pasaban un cepillo para ropa por la marca, eso si. Muy poco después, el 12 de octubre, día de la asunción de Irigoyen, se inauguraba la segunda línea de taxis-colectivos. La primera fue bautizada, claro está, como la N° 1; esta segunda ya no está tan claro, como la N° 8. Iba también por Rivadavia pero llegaba hasta Plaza de Mayo.


El “taxi-colectivo” era un simple vehículo convencional con una capacidad para 7 personas. Luego irían expandiéndolo paulatinamente, el colectivo será el resultado del uso del automóvil carrozado sobre el chasis de camión adaptado -con pequeñas mejoras- con el fin de aumentar la capacidad de pasajeros. Es por ello que conserva su característica trompa, a diferencia de los ómnibus con su parte frontal achatada.


Al competir en la misma calle hubo malestar, encontronazos, peleas y se dice que hasta algún tiro al aire, pero finalmente decidieron fusionarse y formar una sola línea que terminó siendo muy exitosa. El colectivo afrontó inconvenientes de todo tipo, ofensivas de los tranvías, impuestos especiales, incluso expropiaciones. Pero ganó las batallas y terminó ganando la guerra. El invento pasó a Uruguay, Paraguay, Brasil y, poco a poco, a muchas otras ciudades del mundo.


El vehículo creció, fue pintado con alegres colores que servían para identificarlo, inscribió en sus costados el nombre de la empresa, llevó indicaciones y leyendas fileteadas finamente y hasta dejó que le colgaran el consabido zapatito del nene del espejito retrovisor. Cada uno de sus inventores fue dando un pasito más atrás y más allá, adonde siempre hay lugar, pero dejándonos su creatividad de recuerdo. Y el colectivo, ahí anda. Literalmente hablando.




1921

Bastón para invidentes: El Bastón Blanco es un instrumento que identifica a los ciegos y deficientes visuales y les permite desplazarse en forma autónoma. Sus peculiares características de diseño y técnica de manejo facilitan el rastreo y detección oportuna de obstáculos que se encuentran a ras del suelo.

Historia del invento

Cuentan los historiadores que el mediodía del 22 de junio de 1921, Fallótico vio a una persona, a la cual entendió que se trataba de un ciego, que se encontraba esperando para cruzar en la esquina de la calle Medrano y Lezica de la Ciudad de Buenos Aires. Fallótico ayudó al discapacitado, pero quedó obsesionado con una pregunta: ¿Cómo hacer para distinguir a un ciego y poder ayudarlo? La idea siguió a este santafesino, que por aquel entonces vivía en el barrio de Flores en la Ciudad de Buenos Aires, hasta que dio con la solución que consultó en la Biblioteca Argentina para Ciegos: un bastón blanco serviría para distinguirlo. José Fallótico nunca patentó su invento, fueron los estadounidenses quienes se adueñaron de la novedad, cuando George Benham, presidente del club de Leones de Illinois, propuso para uso de los discapacitados visuales un bastón blanco con extremo inferior rojo, a fin de que se les otorgue prioridad de paso.

La propuesta fue aceptada y en poco tiempo el uso de dicho elemento se hizo universal. Curiosamente los estadounidenses celebran el "Día Internacional del Bastón Blanco", pero desconociendo quién es el inventor.

A casi 90 años de la invención del bastón para los invidentes: A 89 años del aporte de un santafesino a toda la humanidad, su sobrina Isabel Fallótico rememora la excelente idea de su tío abuelo. “En el año 1921 mi tío abuelo iba caminando por Buenos Aires, cuando en la esquina de Medrano y Lezica, observó que iba a cruzar un hombre que, después entendió, era un ciego. La persona amagaba, intentaba cruzar y no podía; y los coches pasaban por adelante de él. A partir de allí se le ocurrió algo: fue hasta su casa, buscó un bastón y lo pintó de blanco con la idea de que eso identifique a los ciegos”, relata Isabel. él era un persona muy humilde, destaca su sobrina.

Rememorar a un grande: José Fallótico era el hijo del primer boticario de San Vicente. Estudió en Santa Fe, pero luego se dedicó a la hojalatería y se fue a vivir a Buenos Aires, donde concibió el dispositivo que hasta el día de hoy ayuda a las personas no videntes.“En Santa Fue vivo sólo yo y tengo un hermano en la ciudad de Esperanza. Luego tenemos familiares en Buenos Aires, en Córdoba y en Rosario, y ellos se encargan de difundir la historia de José en el resto del país”, explicó Isabel. Fue una sencilla pero trascendental idea que se anota dentro del compendio de las grandes creaciones Argentinas.





1916




Primer largometraje de dibujos animados: no fue Blanca nieves y los siete enanitos la primera película de animación de la historia, como siempre se ha dicho y la propia Disney se ha encargado de repetir una y otra vez; antes de que Walt emprendiera su hazaña, hubo otros pioneros, entre los que brilla con luz propia el italo-argentino Quirino Cristiani, que se adelantó por 20 años a la famosa producción norteamericana.




Cristiani llegó a Argentina con 4 años de edad en el 1900; desde pequeño mostró gran habilidad por el dibujo, de manera que siguió sus estudios en la Academia de Bellas Artes. Mientras tanto, otro italiano emigrado a Argentina, Federico Valle, empezó a producir sus propios noticiarios y documentales de actualidad; Valle había sido colaborador de la empresa de los Lumiere en Europa y su depurada técnica hizo que sus noticiarios Actualidades Valle adquiriesen cierta popularidad.




Valle contrató a Quirino Cristiani para realizar una aportación en dibujos animados para uno de sus noticiarios; Cristiani aprendió los rudimentos a partir de unas cintas de Émile Cohl que Valle tenía entre sus posesiones; Cohl era un pionero de la animación de origen francés con el que Valle había tenido cierto contacto en su estancia en Europa.




La aportación de Cristiani para el noticiario de Valle duraba dos minutos y medio y recibió el título de La intervención en la provincia de Buenos Aires. En ella se reproducía con marcado carácter de sátira política la diatriba del presidente del momento, Irigoyen, contra el gobernador de Buenos Aires, Marcelino Ugarte. Irigoyen era un político de pasado revolucionario y con cierta tendencia a la demagogia, admirado por el pueblo llano y despreciado por los conservadores.




Ni a Valle ni a Cristiani les interesaba excesivamente la política, pero a los argentinos si, y el pequeño corto fue todo un éxito, dado que la popularidad de Irigoyen estaba en entredicho por culpa de sus encendidas diatribas contra la corrupción; así pues, Valle propuso realizar una sátira política animada sobre el presidente.




El resultado fue El Apóstol, la primera película animada de la historia, cuyo guión visual, diseño, dibujos y dirección fueron obra de Quirino Cristiani; la película fue un éxito rotundo, y en ella se emplearon unos 58.000 dibujos hechos a mano y rodados en fotograma de 35 Mm. El nombre de la película era una ironía sobre las promesas de acabar con la corrupción de Irigoyen, que aparecía representado como un santurrón que lanzaba rayos contra los malvados y acababa destruyendo la ciudad de Buenos Aires.




En 1931, tras numerosos cortos y algún largo animado mudo, volvió a adelantarse a la Disney haciendo el primer film animado sonoro: Peludo polis, que también atacaba al reelecto presidente Irigoyen; la película mostraba aspectos muy crudos de la sociedad y la política de entonces, hasta tal punto que resultó ser un fiasco entre el público y un escándalo entre la clase dirigente; a partir de entonces, el trabajo de Cristiani fue más irregular y distanciado en el tiempo.




Entre otros logros, Cristiani fue jefe de publicidad de MGM en Argentina, patentó una mesa para realizar dibujos animados e incluso fue tentado por Walt Disney en persona en los años cuarenta para detentar un cargo en su estudio; Cristiani no aceptó la oferta de Disney para no descuidar su propio laboratorio fotográfico, el más importante de Argentina en aquel entonces. Desgraciadamente, una serie de catastróficos incendios en sus almacenes destruyó casi toda su obra, quedando conservado tan solo El mono relojero de 1938. Por este hecho, Cristiani se retiró del mundo del cine a principios de los 60.




En los años 80, la obra de Cristiani vuelve a hacerse popular gracias a la investigación de jóvenes realizadores. Antes de morir en 1984, Cristiani recibe numerosos premios de parte del gobierno italiano y argentino; entre sus honores se encontraba por fin el reconocimiento de haber creado la primera película de animación de la historia.








1914

Transfusión sanguínea con sangre almacenada: La transfusión de sangre es uno de los procedimientos terapéuticos más utilizados en la práctica médica actual. Sin embargo, no carece de riesgos, especialmente cuando se transfunden varias unidades de sangre a un mismo paciente, o éste se encuentra en estado crítico. Se revisaron algunas de las reacciones adversas transfusionales generadas específicamente a partir de la lesión de almacenamiento que sufren los glóbulos rojos en banco de sangre.

Aunque las diferencias en las características fisicoquímicas de los eritrocitos de los diferentes donantes son manifiestas durante la preservación, e incluso entre células de la misma persona (no existen dos eritrocitos iguales en la circulación), en general, se acepta que las células rojas sufren un deterioro metabólico progresivo durante el almacenamiento, denominado "lesión de almacenamiento". De esta manera, los eritrocitos, a pesar de las condiciones estándar actuales de preservación en banco de sangre, no son de calidad óptima para suplir las necesidades del receptor, e inclusive pueden llegar a ser deletéreos. El entendimiento de la fisiología y bioquímica básica del eritrocito durante el almacenamiento condujo a conocer algunos de los mecanismos en virtud de los cuales ocurre la lesión de almacenamiento, y de alguna manera ha permitido diseñar estrategias que mejoran la calidad del producto transfundido. Sin embargo, aún es real el riesgo que significa una transfusión sanguínea y es clínicamente importante la identificación y manejo de dichas reacciones, especialmente después del uso de transfusiones masivas. Esta revisión pretende presentar una visión resumida de los riesgos transfusionales asociados a la lesión de almacenamiento de la sangre.

El primer reporte de TSA por el método de PDA, data de 1921 y desde entonces no ha variado ostensiblemente la metodología utilizada. El paciente realiza las donaciones una o más veces (según el estimado necesario para la operación) durante los días o semanas que preceden a esta. Se realizan extracciones de 350 a 400 mL en intervalos de 2 a 7 d. Por lo general se puede colectar más de 1 L durante los 15 d previos al ingreso. La sangre colectada puede ser almacenada en estado líquido como sangre total o ser separada en sus componentes principales, glóbulos rojos y plasma, que puede congelarse para preservar los factores Hábiles de la coagulación. Las células rojas también pueden ser conservadas en estado de congelación. Esta tecnología es generalmente usada en pacientes que requieren grandes volúmenes durante la intervención quirúrgica. Es posible colectar las unidades requeridas sin cambios significativos en el estado del paciente, si se mantienen los intervalos recomendados durante las extracciones.
El PDA es una de las
técnicas de autotransfusión menos costosas y más efectiva.