miércoles, 10 de noviembre de 2010

1914

Transfusión sanguínea con sangre almacenada: La transfusión de sangre es uno de los procedimientos terapéuticos más utilizados en la práctica médica actual. Sin embargo, no carece de riesgos, especialmente cuando se transfunden varias unidades de sangre a un mismo paciente, o éste se encuentra en estado crítico. Se revisaron algunas de las reacciones adversas transfusionales generadas específicamente a partir de la lesión de almacenamiento que sufren los glóbulos rojos en banco de sangre.

Aunque las diferencias en las características fisicoquímicas de los eritrocitos de los diferentes donantes son manifiestas durante la preservación, e incluso entre células de la misma persona (no existen dos eritrocitos iguales en la circulación), en general, se acepta que las células rojas sufren un deterioro metabólico progresivo durante el almacenamiento, denominado "lesión de almacenamiento". De esta manera, los eritrocitos, a pesar de las condiciones estándar actuales de preservación en banco de sangre, no son de calidad óptima para suplir las necesidades del receptor, e inclusive pueden llegar a ser deletéreos. El entendimiento de la fisiología y bioquímica básica del eritrocito durante el almacenamiento condujo a conocer algunos de los mecanismos en virtud de los cuales ocurre la lesión de almacenamiento, y de alguna manera ha permitido diseñar estrategias que mejoran la calidad del producto transfundido. Sin embargo, aún es real el riesgo que significa una transfusión sanguínea y es clínicamente importante la identificación y manejo de dichas reacciones, especialmente después del uso de transfusiones masivas. Esta revisión pretende presentar una visión resumida de los riesgos transfusionales asociados a la lesión de almacenamiento de la sangre.

El primer reporte de TSA por el método de PDA, data de 1921 y desde entonces no ha variado ostensiblemente la metodología utilizada. El paciente realiza las donaciones una o más veces (según el estimado necesario para la operación) durante los días o semanas que preceden a esta. Se realizan extracciones de 350 a 400 mL en intervalos de 2 a 7 d. Por lo general se puede colectar más de 1 L durante los 15 d previos al ingreso. La sangre colectada puede ser almacenada en estado líquido como sangre total o ser separada en sus componentes principales, glóbulos rojos y plasma, que puede congelarse para preservar los factores Hábiles de la coagulación. Las células rojas también pueden ser conservadas en estado de congelación. Esta tecnología es generalmente usada en pacientes que requieren grandes volúmenes durante la intervención quirúrgica. Es posible colectar las unidades requeridas sin cambios significativos en el estado del paciente, si se mantienen los intervalos recomendados durante las extracciones.
El PDA es una de las
técnicas de autotransfusión menos costosas y más efectiva.

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